Bienvenidos a la sección donde cada semana te presentamos una nueva receta para desafiarte en la cocina. Esta ocasión, traemos un clásico de la cocina francesa que reconforta en cada cucharada. Dulce, cremosa y con ese toque irresistible de queso gratinado, esta sopa de cebolla es perfecta para disfrutar en días fríos o para sorprender con un sabor lleno de historia.

🧅 INGREDIENTES 

• 3 cucharadas de aceite de oliva
• ½ kg de cebollas en rodajas finas
• 5 dientes de ajo picados
• Tomillo fresco picado
• 2 cucharadas de harina
• 1 cucharadita de azúcar
• 1 vaso de vino blanco
• 2 litros de caldo de verduras
• 6 rebanadas de pan baguette
• Queso gruyere rallado a gusto

🍳 PREPARACIÓN

Paso 1: Sofreír la base
Caliente el aceite de oliva en una olla. Agregue la cebolla y sofría a fuego medio hasta que comience a dorarse lentamente. Incorpore el ajo, el azúcar y el tomillo. Cocine unos minutos más, revolviendo hasta que la mezcla esté completamente dorada y fragante.

Paso 2: Incorporar la harina y el vino
Espolvoree la harina sobre las cebollas y mezcle bien. Sin dejar de revolver, añada el vino blanco y cocine unos minutos hasta que se evapore el alcohol.

Paso 3: Agregar el caldo
Vierta el caldo de verduras poco a poco, revolviendo para integrar todo. Cuando rompa hervor, baje el fuego al mínimo y cocine por 45 minutos con la olla tapada, permitiendo que los sabores se fundan a la perfección.

Paso 4: Preparar el pan 
Tueste las rebanadas de baguette por ambos lados

Paso 5: Servir y gratinar
Reparte la sopa caliente en recipientes individuales, coloque sobre cada uno, una rebanada de pan tostado y espolvoree queso gruyere rallado por encima.
Gratine en el horno durante 3 a 4 minutos, hasta que el queso se derrita y dore. Ahora, ¡a disfrutar!

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