Bienvenidos a la sección donde cada semana te presentamos una nueva receta para desafiarte en la cocina. En esta ocasión, te traemos un clásico de la cocina mediterránea que combina sabor, tradición y calidez. Los tomates rellenos al horno son perfectos para una comida familiar, un almuerzo especial o incluso como acompañamiento en una mesa elegante.
🍽 Ingredientes
- Tomates medianos bien maduros
- Sal y pimienta
- 1 cebolla picada fina
- Perejil y apio cortado en cubitos pequeños
- Mantequilla y aceite de oliva
- Callampas secas
- Ajo
- Pan rallado y para remojar
- Leche
- Jamón de pierna cortado en cubitos
- Queso parmesano
- 1 o 2 huevos
🍳 Preparación
Paso 1: Preparar los tomates
Corte los tomates por la mitad y retire la pulpa y las semillas con una cuchara. Salpimiéntelos y resérvelos.
Paso 2: El sofrito
En un sartén, sofría en mantequilla y aceite de oliva la cebolla, el apio, el perejil y el ajo picado. Cocine hasta que estén dorados.
Paso 3: Agregar las callampas
Añada las callampas secas previamente remojadas en agua caliente, exprimidas y picadas finamente. Sofría unos minutos más.
Paso 4: Incorporar pan y huevos
Incorpore el pan remojado en leche, mezcle bien hasta obtener una consistencia espesa. Agregue leche si es necesario. Lleve a hervor y luego apague el fuego.
Paso 5: Enriquecer el relleno
Añada el jamón de pierna en cubitos, queso parmesano y uno o dos huevos. Si la mezcla está muy líquida, agregue un poco de pan rallado.
Paso 6: Rellenar los tomates
Coloque los tomates en una budinera y rellénelos con la mezcla.
Paso 7: Hornear
Rocíe con aceite de oliva, añada un poco de queso parmesano y mantequilla por encima. Hornee hasta que los tomates estén bien cocidos y el relleno dorado. Ahora, ¡a disfrutar!
Tip La Créole
En esta receta, el sofrito es el corazón del sabor: cebolla, apio, perejil, ajo y callampas secas se combinan para formar una base aromática intensa y deliciosa. Para lograr ese punto justo de dorado sin que los ingredientes se quemen ni pierdan su textura, el sartén La Créole es ideal. Su superficie permite una cocción lenta y pareja, que realza los sabores sin apurarlos, y su borde alto es perfecto para saltear sin salpicaduras.